Solo.
Y llegan lxs compas. Y las cosas cambian. Las ideas se renuevan, el alma vuelve a nacer. Y la grieta, la institucionalidad resquebrajada, deja de ser un obstáculo, una trampa, un cúmulo de arena triste y estancada para convertirse en oportunidad. Le quebramos las piernas, le quebramos los brazos, le quebramos cada parte que sea necesario quebrar, ponemos los dedos en las grietas y jugamos. Jugando aprendemos que la grieta es oportunidad: oportunidad de cambio, de volver a empezar, de transformar. De amar de vuelta.
Lo que educa son las relaciones. La forma, el calor, la alegría compartida, el juego, la apertura, acompañarnos. Con cuánto amor se transforma el mundo.
La única manera de revolucionar es revolucionándonos. A no bajar los brazos...
¡agrietemos con felicidad!
3 comentarios:
Te leo y me ponés la piel de gallina Sebita.
¿Estás en la facu los viernes a la noche? Creo que te vi el otro día.
Abrazos fuertes fuertes genio (:
Increíble lo tan interesante que puede llegar a ser lo que escribís, y todo lo que transmitís. Gracias por compartirlo
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