A veces la vida nos da una patada en el culo. Nos damos cuenta que la gente, aunque lo demuestre con algunos actos, no cambia. Y uno se siente dolido, deposita toda la confianza en ello y después nos enteramos que volvemos a lo mismo.
Y aunque uno acepte como son a las personas, duele ver como la gente se llena la boca con palabras. Sin darse cuenta lastima a mucha gente; o a una, aquella que da todo.
Yo no soy nadie para juzgar, no soy dueño de ninguna moral. Pero el dicho tiene razón, el pez por la boca muere.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario