Hoy fui a comprar golosinas cuando salí del club y me atendió una señora que me respondió todo el tiempo con una sonrisa. Lo mismo pasó ayer, cuando estaba andando en bicicleta y me crucé con un hombre que sonreía todo el tiempo.
Y sonreí.
No hay vuelta que darle, la sonrisa es contagiosa. Y no cuesta nada.
1 comentario:
Tal cual, la sonrisa es sumamente contagiosa. Y como dice un dicho por ahí, ilumina gratis. Asique :)
jeje
Gracias por pasarte por el mio, saludos!
Publicar un comentario